El 100% de los que fueron sanados por Jesús murieron

Lo vi mientras estacionaba el carro en frente de un restaurante. Un rótulo de una iglesia promocionando sus servicios de sanidad. De hecho, cada fin de semana tenían una hora específica para que la gente pudiera llegar y ser sanada. El rótulo no tenía mucha más información que los tiempos de servicio y unas palabras de estímulo (“¡Dios quiere lo mejor para tu vida!”).

En otra ocasión, estaba hablando con un amigo y él me contó que quería ser parte de una iglesia que experimentaba físicamente la sanidad. “¿No sería increíble experimentar el Espíritu Santo de esta manera? ¿No sería maravilloso volver a como eran las cosas en la iglesia primitiva, con tantos testimonios de sanaciones?”. Pensemos en esto por un momento.

El punto de la sanidad

Si bien entiendo lo atractivo de la sanidad física, no puedo evitar hacer la pregunta, ¿es este realmente el punto de la iglesia? ¿Deberíamos estar invitando a la gente a venir y “experimentar el poder sanador de la presencia de Dios”? ¿Es esta una correcta comprensión de los efectos de la resurrección de Cristo? ¿Puede nuestra motivación para formar parte de la iglesia ser conducida por un deseo de ser sanado físicamente? ¿Es esto correcto?

A lo largo de los tres años de su ministerio, Jesús hizo muchos milagros (ej. Juan 2:1–114:43–54Lucas 4:31–415:1-145:17–266:6–117:1-108:22–39, y muchos más). Estos milagros fueron hechos para testimonio de lo que enseñaba Jesús, y mostraban su compasión (Mateo 9:3614:1415:3220:34), así como nos daba una representación de cómo Dios obra nuestra salvación (Mateo 8:16–17Isaías 35:4–6). A lo largo de la vida de la iglesia primitiva, como leemos en Hechos, los apóstoles también realizaban muchos milagros (Hechos 2:433:7-115:12,-16, 6: 8, 8:6-7, y más). El poder de estos milagros fue dado por Cristo y fue facultado por el Espíritu Santo (Hechos 2:4Hebreos 2:4Marcos 16:20). Y estos milagros de sanidad física revelaban la autoridad de los apóstoles y mostraban el poder de Dios obrando en ellos (Hechos 15).