Pastor: Cuídate del agotamiento espiritual

El teléfono suena y es un miembro de la iglesia. “Pastor, ¿nos podríamos reunir? Estoy pasando una situación difícil”. De inmediato siento el dolor de la persona con que estoy hablando, aun sin saber detalles.

Los pastores enfrentamos diversas situaciones con los miembros de nuestra iglesia. Son los gajes del oficio: “Lleven los unos las cargas de los otros, y cumplan así la ley de Cristo” (Gal. 6:2). No hay semanas predecibles. No sabemos las llamadas que vamos a recibir, de bendición o de adversidad. No tenemos forma de conocer quién va a pasar por nuestra oficina. Ni siquiera tenemos certeza de quienes llegarán cada domingo. Vemos muchas situaciones de consejería que son sumamente pesadas. Aunque planificamos nuestro horario para la semana, Dios nos trae situaciones que jamás hubiésemos planificado.

Regularmente no tenemos el gozo de pasar tiempo con las ovejas saludables. La mayoría de nuestro tiempo es con ovejas heridas, débiles, dolidas, o enfermas. Por supuesto, aunque no siempre sea evidente, esto tiene un gran impacto sobre el estado emocional del pastor. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente? (cp. 2 Cor. 2:16). Debido a estas y tantas otras cosas, muchos pastores viven en agotamiento emocional y espiritual.

Por eso, pastor, quiero que sepas algo. Te ruego que me prestes atención a esto: